viernes, 8 de marzo de 2013

Integral de La Pedriza (dic2012)
Corriendo por el monte.

El uno de diciembre me fui a La Pedri acompañado de mi amigo Javi. Ibamos con la intención de hacernos corriendo el recorrido del Cross de La Pedriza. Recorrido largo y duro que sube desde Cantocochino al Yelmo y de allí a Las Torres de La Pedriza, pasando por el Collado de La Dehesilla, para luego descender desde el collado Carabina hasta el aparcamiento.

 En la subida desde el Collado La Dehesilla, empezamos a encontrarnos nieve, no había mucha, pero en algunos sitios tenías que pisar con cuidado para no hundir el pie y llenarte la zapatilla de nieve, Javi iba con zapatillas de correr sin membrana, por lo que llegó al final de la jornada con los pies mojados.
Aquí a la izquierda al final de la dura subida desde La Dehesilla, en la que en algunos momentos hay que echar las manos para ir progresando.


Bonita foto con la cumbre de La Maliciosa al fondo
 El día, aunque soleado, era un poco frio, con bastante viento en las zonas más altas de la ruta.
Todas las subidas las hicimos andando a ritmo alto, y corriamos en el resto del camino.
Cuando bajamos hacia el Collado La Dehesilla, nos encontramos un grupo muy numeroso de senderistas, que al cruzarse con nosotros y ver como bajábamos corriendo, se paraban y nos miraban un poco alucinados de nuestra locura.
No eramos los únicos que corriamos por las piedras.
Lo cierto es que es un descenso bastante accidentado y con bastante inclinación, por lo que hay que extremar la precaución y no lanzarse a lo loco, por que las caidas pueden ser peligrosas.

En Las Torres.

 Después de llegar a Las Torres, perdemos altura hacia el Collado Carabina, para desde allí, comenzar la larga y vertiginosa bajada hacia Cantocochino.
Pasas más de una hora bajando, en una bonita bajada atravesando el bosque por un camino que hace continuas zetas, y que posteriormente suaviza un poco su pendiente, y continua a la vera de un arroyo, para luego salir a terreno más abierto con grandes rocas y enlazar poco después con la autopista de La Pedriza, dejando el Refugio Giner, arriba a la izquierda y llegar 15 minutos después al aparcamiento.
Esta vez no ibamos a subir al Collado del Cabrón,Javi se había caido tras escurrirse en una laja de piedra empapada por el agua, en la caida se hizo daño en una rodilla, así que decidimos acortar la ruta, e ir directamente al aparcamiento.
Además era hora de regresar a Madrid, a Javi le esperaban para comer. Habían sido más de tres horas de actividad.









Las Canales Oscuras de Gredos.

El 15 de octubre de 2010, mi hermano Antonio, mis amigos Javi y Carlos Maravillas, y yo, nos echamos a la carretera rumbo a Madrigal de la Vera. Allí nos dirigíamos con la intención de, al dia siguiente, subir al Pico Almanzor, por la vertiente sur, las espectaculares Canales Oscuras de Gredos.
Desde Madrigal tomamos, pasado el poblado celta, una pista en muy mal estado, (pobre Picasso), que nos ahorraba unos kilómetros de pesada caminata.
Dormimos al lado del coche, con unas inmejorables vistas sobre Madrigal. Nos hizo buena noche, así que dormimos muy a gusto y felices contemplando el cielo estrellado, hasta teníamos almohadas, que llevaba en el coche, lo dicho, un lujo, mejor que en un hotel.
A la mañana siguiente, madrugamos y enseguida nos pusimos en marcha, nos esperaba una larga y dura subida.



Con algún problemilla al principio para seguir la ruta, fuimos acercándonos hacia Las Canales, impresionantes vistas desde aquí. La subida la íbamos a hacer por el camino del Tío Domingo.




 Fue una subida dura, pero bonita, y tras cuatro horas de ascensión, llegábamos a la Portilla Bermeja, desde la que se contempla una bonita vista del Circo de Gredos, con la Laguna al fondo, y sobre ella la cumbre del Morezón, y los Tres Hermanitos más a la derecha.
Tras un descanso, dirigimos nuestros pasos hacia el Almanzor, progresando por la cresta desde el collado

Javi y yo, en la cresta, ya cerca de la cumbre del Almanzor.
Carlos Maravillas, en la cumbre del Pico Almanzor.



Antonio, "el Guía".
 Descendiendo de la cumbre del Almanzor, nos quedaba una larga y vertiginosa bajada.
 Parece que nos lo estamos pensando un poco. En invierno y con nieve helada, estas canales deben ser terroríficas. ¡Qué miedo!



Peña Chilla.

Llegando al coche, tras casi diez horas de actividad. No ha estado nada mal.

Yiyo, con su mochilon habitual y sin despeinarse.

Un descansito y foto para el recuerdo.
De casa a Aranjuez por caminos.
Cuatro Vientos - Aranjuez (65 km.) 

Un día, supongo que trasteando en internete, mi vecino, y amigo, Jorge, descubrió la página Wikiloc, cargada de rutas de todo tipo, con información de itinerarios con el track marcado por GPS en Google maps. De aquí se sacó la ruta que ibamos a realizar una fria mañana del mes de enero, y que paso a contaros.
Salimos de Olimpiade (nuestra casa), sobre las 9 de la mañana, habíamos quedado a las ocho y media, pero siempre nos enrrollamos un poquito antes de ponernos definitivamente en marcha.  Una vez sobre nuestras bicis, tomamos el carril bici del barrio, y pusimos rumbo hacia el anillo ciclista a su paso por la avenida de los Poblados, a la altura de Pan Bendito.  Lo seguimos dirección Orcasitas, y seguimos rodando hasta llegar al Parque Lineal del Manzanares, Villaverde, y un poco de carretera para tomar una pista de arena, al poco de salir de Villaverde, en dirección Perales del Río.
Fui disfrutando todo este trayecto, que no había hecho nunca, y que sobre todo me gustó por la zona del Manzanares. Ya en Perales, en la rotonda del Aviocar, tomamos el carril bici que nos llevaría a la subida del alto de La Marañosa, y de allí a una rotonda a la entrada de San Martín de La Vega, en donde tomamos una pista a la izquierda dirección Gózquez de Abajo, parándonos al poco para consultar el track que llevábamos en el móvil de Jorge.

Era mi primera experienia con esta tecnología, y me pareció una maravilla, ¡así no hay quién se pierda!
Nos ubicamos y continuamos la marcha, poco después, nos adelantó un grupo de chavales, a los que preguntamos por el camino hacia Aranjuez, por aquello y de ir más seguros, y casualmente llevaban el mismo camino que nosotros. Así que nos colocamos a su rueda. No nos duró mucho la compañía, iban un poco rápidos para nuestro gusto, así que después de acompañarles durante unos kilómetros, les dejamos ir y nos paramos para comer un poco y hacer alguna fotillo.
Cerca de Aranjuez, Jorge posando para la ocasión. ¡Cómo le gusta chupar cámara!
Seguimos durante algunos kilómetros, pedaleando a la vera del Jarama, separándonos éste, de unos cortados, por lo que me comenta Jorge, que deberíamos haber subido, de haber seguido la ruta que teníamos prevista, y que abandonamos cuando decidimos seguir al grupo de chavales.
En esta zona, nos cruzamos con un ciclista solitario que venía en sentido contrario rodando bastante decido, le paramos y le pedimos información. Conocía bastante la zona, y nos indicó el camino para que siguieramos hasta Titulcia.
Llegamos a dicho pueblo, allí dos ciclistas que, al igual que nosotros, andaban un poco despistados, preguntaron a un labrador que estaba estacionado a un lado de una rotonda, vendiendo patatas, que como se iba hacia Aranjuez. El hombre nos indicó que pista debíamos coger, ¡y menos mal que nos informamos, por qué Jorge quería llevarme por el lado contrario!
Dejamos atrás la rotonda de Titulcia, y a unos 200 metros encontramos la pista que nos habían indicado, y por la que momentos antes habían tirado los dos chavales.  Jorge iba delante preguntándome por donde se habían metidos los dos que iban delante de nostros, y aquí fue cuando me dió el susto de la mañana. Más pendiente de los otros chavales que del camino que pisaba, en un mal escalón formado por una zona de asfalto roto y en mal estado, al comienzo de la pista, se fue al suelo cayéndose en un agujero de la calzada lleno de agua, dándose un mal golpe en la rodilla, que pensé por un momento, no iba a dejarle seguir.
 
Pero, afortunadamente, se recuperó un poco, y con un poco de dolor en la rodilla, y un poco menos tela en el culot largo que llevaba, continuamos camino hacia Aranjuez.  Seguimos esta ancha pista, hasta llegar al puente que hay a la entrada de Aranjuez. Aquí, tras consultar el mapa, cruzamos por un pasadizo bajo la carretera, y nos dirigimos hacia las afueras de Aranjuez, siguiendo una pista que discurre paralela a la carretera, y que poco a poco se va separando y llevandonos a las primeras casas de las afueras de Aranjuez.
Donde, sobre la una del mediodía, llegamos sin más sobresaltos, y habiendo disfrutado un montón, de esta nuestra primera ruta larga, partiendo desde la misma puerta de nuestra casa, y sin apenas pisar el asfalto, exceptuando la salida del barrio, y de Madrid.


Ya en Aranjuez, hubo tiempo para unas últimas fotos, pues el pueblo lo merece.
 


 


Ruta realizada el 20 de enero de 2013.
A Aranjuez por el Alto del Pingarrón.
Cuatro Vientos - Aranjuez (II)

Bueno aquí estamos de nuevo, otro madrugón, y van .... Por segunda vez rumbo a Aranjuez, pero esta vez queremos ir por un sitio diferente. Tenemos ganas de conocer el Alto del Pingarrón, del que hemos leído algunas cosas en otros blogs, y parece ser que es un cuestón, corto, pero un cuestón.
Esta mañana de domingo, hemos quedado a las 7:30, como siempre, en el garaje.  Bajo tarde, también como siempre.  (Perdona Jorge).
Hoy vamos a tener compañía, se unen a la expedición mis amigos Javi y Alberto y el cuñado de éste, Fernando, al que ya conozco de algún día que hemos ido a la Casa de Campo a montar. Son puntuales a la cita, y los cuatro salimos dirección anillo ciclista en avenida de los Poblados, donde hemos de recoger a Javi.  Una vez todos juntos, nos ponemos en marcha, listos para disfrutar de otro día estupendo pedaleando y compartiendo ruta con los amigos.
Seguimos el camino de siempre hasta la rotonda de San Martín de la Vega, bajando La Marañosa, giramos hacia el fantasmal Gózquez de Abajo, (me gusta la ermita escondida entre viejos edficios que se encuentra en este poblado abandanado, me recuerda a las del las películas del Oeste.


Alto de La Marañosa, esperando a Jorge.
Aquí viene.

Salimos a la carretera que va hacia Morata y pasado el puente, nos salimos por una pista a la derecha, que nos va a llevar al Alto del Pingarrón, pasando antes por la urbanización Vega del Pingarrón, (indicada en un cartel al comienzo de esta pista).  Pedaleamos con el Jarama a nuestra derecha y unos cortados a la izquierda. Tras unos 6 ó 7 km., la pista gira a la izquierda por un paso que se abre entre estas elevaciones, y después de comprobar que vamos bien, tomamos una pista a la derecha que nos va a llevar al Pingarrón.

¿Vamos bien?


Acercándonos a las primeras cuestas del Pingarrón

 


Unos metros más adelante se les borró la sonrisa.

Comenzamos a subir, voy el primero y con ganas de enfrentarme a la subida. Según avanzo voy viendo las rampas al fondo, ¡madre mía, que subidita!, empiezo a subir piñones, me dejo los dos más grandes en la reserva, por lo que pudiera venir.
Y erectivamente vinieron, vinieron unas rampas que convertían la subida en un auténtico muro, además de la inclinación, que por sí sola ya hace la subida muy exigente, el terreno está bastante descompuesto, y tienes que subir sorteando como puedes las piedras más gordas, porque como las pilles con la rueda delantera, pones pie a tierra si o si, y luego es imposible arrancar con esa inclinación. Y justamente eso es lo que pasó a Javi, que era el que me seguía en la subida, y al que escucho a mi espalda lamentándose por una piedra que le hace pararse. Yo continuo, con un poco de cuidado y otro poco de suerte y muchos riñones, sigo en la cuesta subido a la bici, pero a estas alturas he utilizado los piñones que había reservado, voy haciendo el molinillo y ya con pocas fuerzas. A la vuelta de una curva, veo que falta poco para que afloje la pendiente, pero antes, a unos 30 metros hay un pequeño escalón muy pendiente y con mal firme, ya voy muy cansado, creo que no lo voy a superar y echo pie a tierra.
Esperando a que los demás me alcancen, aprovecho para hacerles unas fotos, mientras veo como suben andando y empujándo la bici, lo que les queda del "Muro de las Lamentaciones". El Pingarrón nos ha derrotado, pero he disfrutado de la experiencia y espero volver pronto para intentarlo de nuevo.
No, no está trucada, la cuesta es así de dura.

¡Vaya muro! Parece que las bicis se niegan a subir.
Acabadas las cuestas, llegamos al final de la subida, desde donde se disfruta de unas buenas vistas y se ve a lo lejos la silueta de la cementera de Arganda.

Seguimos la pista a la derecha que nos llevará, por lo alto de los cortados, hasta el pueblo de Titulcia, atravesamos el mismo para salir a la rotonda del otro lado del pueblo, que atravesamos para tomar la carretera dirección Villaconejos, y enseguida, a unos 200 metros, salirnos a la derecha por una pista que nos llevará hasta el Puente de la Reina, ya muy cerca de Aranjuez. Al tomar esta pista, nos acordamos del golpe que se llevó aquí Jorge, la primera vez que fuimos a Aranjuez, como da fe el parche que lleva a la altura de la rodilla de su culot de invierno.
Al fondo, Titulcia.

Curro Romero y su cuadrilla. ¡Vaya pose torera Jorge!
Tras dejar atrás el Puente de la Reina, cruzamos la carretera por un pasadizo, un kilometro más, y ya vemos las primeras casas a las afueras de Aranjuez.
El Puente de La Reina,
Ya en esta última parte del viaje, disfrutamos del paisaje rivereño y de los monumentos de este bonito pueblo. Unas fotos más y a la estación de Renfe, donde cogeremos el tren de vuelta a casa.



Los Cinco Magníficos.


Volviendo a casa.
Regreso a casa un poco cansado pero contento, he disfrutado mucho de la ruta y de la compañía.